Agradecimiento

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agradecimiento

¿Qué es el agradecimiento?

Es la energía que activa la Chispa Divina al reconocer al Padre-Amor en mi corazón y en mi espíritu; reconocer que soy parte de Él, y que Él nos otorga una abundancia constante; soy una fracción infinitesimal de poder que valora al Padre Absoluto de donde procedo.

 

Agradezco por el don de la vida desde lo más profundo de mi corazón, cuando tomo conciencia que soy hijo del Padre-Amor; es tomar conciencia de todo lo que Él me ha otorgado visible e invisible; es intuir que Él comparte su esencia divina conmigo; es intuir que Él transforma, su energía divina en todo lo que veo para que yo pueda crecer hacia Él. El Padre-Amor manifiesta su excelso Amor a todas sus criaturas al otorgarles libre inteligencia. Todo le pertenece al Padre excepto la voluntad de sus criaturas. La voluntad, es lo único que no le pertenece, no es de Él, pero el mismo Padre confía en nosotros y se rinde ante nosotros... El Padre-Amor no tiene cuerpo, pero sí tiene personalidad, tiene corazón y Él siente. El solamente espera que algún día el ser humano lo reconozca y lo abrace.

 

Como consecuencia de ir comprendiendo esta verdad, en mi ser nace una necesidad de dar gracias, de agradecerle… de darle algo de mí... ¿Pero qué podría darle yo, un ser finito y limitado, al Padre-Amor, que es el Padre del Todo?... Solamente hay una, y sólo una ofrenda… el único regalo que le puedo ofrecer al Padre Infinito como agradecimiento por su Amor es entregarle mi entera voluntad para hacer exclusivamente Su Voluntad. Sabiendo que hacer la voluntad del Padre-Amor es vivir respetando todas sus leyes creadoras; es vivir por Él y para Él; es trabajar las leyes amorosas para estar más cerca de Él; es buscarlo en el todo… No hay más que yo pueda ofrecerle.


¿Por qué es importante?

Porque es un indicativo que me reconozco como hijo del Padre-Amor.

Porque tomo conciencia que vivimos en un universo con libre inteligencia para todos los seres con conciencia. La voluntad de cada ser es la que manda. Cada quien decide, a nadie se le obliga…

Porque entiendo que el Padre no pide oro, ni plata, ni sacrificios, ni rituales, ni ofrendas, ni alabanzas, ni condiciona su Amor. Su Amor es absoluto, es incondicional, no pide nada a cambio. Pero yo que soy un ser finito sólo puedo ofrecerle mi voluntad de buscarlo, mi voluntad de ir hacia Él, mi voluntad de rendirme al Amor de Él, no tengo más que ofrecerle… y es mi mejor regalo.

Porque me mantiene en una conciencia libre de ego.

Porque tomo conciencia del gran amor del Padre al otorgarnos la vida, que nace de mi corazón darle las gracias por todo.