Vibración

 

Vibración.

Las leyes de la creación, la tercera personalidad de la Trinidad; Dios Espíritu de la Verdad, dan al universo un orden, una armonía, tienen inteligencia, tienen vida, tienen coherencia… por eso vivimos en un cosmos. Los seres humanos hemos buscado esas leyes. Por un lado los científicos tratan de descubrir las leyes de la física y la energía, y por otro lado las religiones buscan encontrar y explicar las leyes espirituales. Cada quien lo hace de manera independiente y ninguna parte trata de conciliar con la otra. Sin embargo, las leyes son las mismas para todo lo creado y se aplican por igual: en una mota de polvo, en una célula… en un microorganismo, en un perro… en un bebé, en un ser humano… en un ser de Luz… en un planeta, en una estrella o en una galaxia…. Las leyes de la creación son impersonales. Sencillamente se aplican a toda la creación, sin tomar en cuenta quien las transgrede y quien las respeta. En ellas no se manifiesta un “castigo divino” al ver un resultado no esperado por transgredir una ley, consciente o inconscientemente, ni es un “premio divino” al recibir un resultado deseado por respetar la ley; estos conceptos no existen en el universo, porque el universo en el que vivimos es un universo de Amor Incondicional, del más puro y excelso Amor, manifestación de su creador.


El ser humano tiene un cuerpo físico y se alimenta de energía, por lo tanto, está regido por las leyes de la física y de la química, que la ciencia estudia, pero también es un ser espiritual, por lo tanto, está regido por las leyes del espíritu, que las religiones tratan de explicar. Si unimos las leyes de la física, de la química y las leyes del espíritu, encontramos una explicación más coherente a nuestra existencia...

Al tener nuestro cuerpo una actividad electroquímica en nuestro sistema nervioso porque trabaja con impulsos eléctricos, se genera alrededor de nuestro cuerpo un campo magnético llamado comúnmente aura. Por tal motivo, el ser humano tiene una naturaleza electromagnética. Esta energía electromagnética de nuestro ser tiene una vibración porque toda energía vibra y según su naturaleza, es la frecuencia, o la rapidez con la que vibra.


La luz es una vibración electromagnética también, lo mismo que las ondas de radio que se usan en una transmisión de TV, o que usa la telefonía celular y podemos entender claramente cómo funcionan estas ondas porque diariamente las usamos. Toda energía electromagnética tiene la maravillosa propiedad de transmitir información. Para ser capaz de recibir esa información, las vibraciones deben ser de igual frecuencia para que sintonicen. Esta sintonía permite que se establezca una comunicación entre dos o más aparatos. Si sintonizo un canal de TV a determinada frecuencia, podré ver la información que transmite ese canal y no otro, porque están en la misma frecuencia. Un teléfono celular “no ve” un canal de TV porque están a frecuencias y códigos de información muy diferentes y sin embargo, todas estas ondas pueden viajar por un mismo medio, por ejemplo el aire.


En el ser humano ocurre algo equivalente, ¿a qué frecuencia sintoniza tu campo electromagnético? Puede sintonizar en tonos de frecuencia que tiene dos extremos. Por un lado está la baja frecuencia que se sintoniza cuando intoxicas tu cuerpo, no lo alimentas adecuadamente… no lo ejercitas… La mente la mantienes ocupada con pensamientos de rencor, desinterés, crítica… Tus emociones son de tristeza, depresión, angustia, miedo… Tu espíritu no valora el regalo de la vida, reniegas de Dios Padre o no trabajas tu conexión con Él, no trabajas las leyes amorosas….

En el otro extremo está un ser de alta frecuencia que sintonizas cuando alimentas tu cuerpo responsablemente, lo ejercitas regularmente… Tu mente la tienes ocupada en actividades creativas, estudias, realizas una actividad artística… Tus emociones son de alegría, entusiasmo por lo que haces, de amor, de aceptación… Y tu espíritu lo nutres con agradecimiento a Dios Padre por la vida y lo que te ha dado; confías en Él, proteges y cuidas tu planeta, eres cordial y respetuoso con todos los seres humanos que tratas, eres bondadoso, humilde…


Cuando una persona vive en baja frecuencia, va a sintonizar con situaciones y otros seres humanos que están en esa baja frecuencia y por eso puede sufrir un atraco, un choque automovilístico… o un secuestro… El azar no existe, no te pasan las cosas porque traes mala suerte o porque se te olvidó cargar tu amuleto que te protege de las “malas energías” u olvidaste sobarle la panza al buda antes de salir de casa... Vivimos en un cosmos, regido por leyes, leyes de Amor. Tú eres responsable de todo lo que te pasa. Si estás viviendo con pensamientos de venganza, de rencor… de autocompasión... Si tienes sentimientos de desesperación o de temor… si alcoholizas tu cuerpo, si fumas… entonces, estas propenso a sintonizar con otra persona que maneje tu misma frecuencia y un encuentro puede llevarte a situaciones nada gratas… riñas, accidentes, gritos de ofensa y malas palabras, indiferencia, pérdidas… y en el peor de los casos, secuestros, heridas de gravedad o la muerte… Es obvio que en este estado no es conveniente que busques una pareja, porque sintonizarás con una persona en tu misma baja frecuencia y la relación sólo te traerá problemas y decepciones.

Sintoniza tu ser en alta frecuencia porque entonces encontrarás a seres en alta frecuencia… alegres, amorosos, que ayudan, trabajadores, creativos, que perdonan, humildes…. y si te cruzas con un ser de baja frecuencia, este “no te va a ver”, no va a sintonizar contigo y pasará de largo. Créelo. La ley no falla nunca. Reflexiona… ¿Por qué hay personas propensas a los accidentes, a los atracos, a las relaciones conflictivas y a las enfermedades y otras no? ¿Consideras que es suerte?... La suerte no existe… sólo existen las leyes de la creación que desconocemos cómo funcionan… Es muy común escuchar: no comprendo porque me pasa esto o aquello, si yo soy tan bueno… A lo que la mayoría de las personas le llama ser bueno no es suficiente… Se requiere un compromiso verdadero para trabajar las leyes amorosas, aplicarlas en cada instante de tu vida y trabajar tu conexión con el Padre-Amor viviendo en el sendero Esperanza-Fe-Confianza-Rendición.


Trabaja con tu interior y armonízate. Cuida tus pensamientos, tus palabras y genera en ti emociones excelsas. Toma en cuenta que otras personas influyen en tu vida, así como tu influyes en ellos, por eso busca personas que vibren en alta frecuencia y convive con ellas, esto te ayudará a que tú te contagies de su alegría, de su entusiasmo….de su optimismo y del amor que ellos dan. Participa en proyectos que fomenten el bien común, respeta a la madre naturaleza, cuida plantas y animales que habitan a tu alrededor. Se respetuoso y cordial con todos los seres humanos sin importar su condición social, su creencia religiosa, o su cultura….

Tu cuerpo también reflejará tu alta frecuencia pues se volverá inmune a las enfermedades y tendrá una forma armoniosa, bella. Trabaja con tu interior para que la luz que hay dentro de ti brille y se expanda a los demás. Se una Célula de Amor para el universo.

Las leyes de la creación son muy complejas pero la infinita sabiduría de la Inteligencia Creadora ha contemplado que sus creaturas intuyamos La Verdad según el estado evolutivo espiritual en que nos encontremos. Esto se logra cuando me conecto con mi corazón… donde radica el Espíritu de la Verdad, Verdad a la que tengo acceso exclusivamente a través de la intuición que es la manifestación de la inteligencia emocional o la inteligencia del corazón, que reconoce sin lugar a dudas lo que es correcto para mi ser...


Todo en el universo vibra, aunque se vea algo estático como una piedra, pero en su interior en cada átomo, giran vertiginosamente electrones alrededor de su núcleo. Todas las vibraciones en conjunto armónico se podrían percibir como una gran sinfonía universal. A medida que se desarrolla un ser espiritual en conciencia e inteligencia, incrementa su energía espiritual que se manifiesta en vibraciones de más alta frecuencia. En esta dimensión del tiempo-espacio en la que ahora vivimos los seres humanos, podemos comprender mejor cómo funcionan las vibraciones de nuestro ser haciendo una equivalencia con las notas musicales “do, re, mi, fa, sol, la, si”. Cuando un ser espiritual llega y trasciende a la nota “si” de una octava musical entonces, pasa a la siguiente octava, dando un salto cuántico al cierre de un ciclo cósmico, iniciando nuevamente con la nota “do” de la siguiente octava… así va ascendiendo espiritualmente hacia el Padre-Amor en un proceso infinito de octavas o saltos cuánticos ahora como ser humano, mañana como ser de Luz.


Viéndolo desde esta perspectiva, el ser humano que se desenvuelve en este plano físico; en este matrix, debe iniciar con una alta frecuencia en “do” que caracteriza a una persona que dona, que da, que comparte… pero si esta persona se desarmoniza genera un “do” en baja frecuencia que acarrea dolor, dominio sobre los demás…

Al trabajar su ser interior, sube a una alta frecuencia en “re” que caracteriza a una persona que se reconcilia, que reflexiona… Pero si desarmoniza, genera un “re” de baja frecuencia que trae consigo rebeldía, resentimiento…

Al trascender la nota “re” pasa a la nota “mi”. Esta alta frecuencia caracteriza a la persona como misericordiosa, empieza a comprender el mundo y su miseria… Pero si se desarmoniza cambia a un tono de “mi” bajo que genera miseria…

De la nota “mi”, el ser humano pasa a “fa” en alta frecuencia que se caracteriza por una persona que gusta hacer favores, sirve a los demás… Pero si desarmoniza su ser cuando está en esta vibración, baja a un “fa” que genera falsedad, mentira…

El ser humano que sigue trabajando pasa a una alta frecuencia en “sol” que se caracteriza por su solidaridad con otros… Pero si desarmoniza cae a un “sol desarmónico que genera soledad, aislamiento…

Después de la nota “sol” se eleva a la nota “la” en alta frecuencia, la persona se caracteriza por formar parte de La unidad con todo, entiende que todo es Uno…. Si desarmoniza cae en un “la” de baja frecuencia que genera stima…

Finalmente de “la” pasa a un tono “si” de alta frecuencia que se caracteriza por una persona que trabaja con un si a la vida, si a la armonía, si a la aceptación, ve la sincronicidad con el universo…. Pero si desarmoniza en esta nota se vuelve siniestro, obscuro…

De aquí cuando se trasciende a la nota “si” pasa a ser un ser humano más enriquecido espiritualmente y está listo para dar un salto cuántico. Recibe energía otorgada por Dios Padre que muta su ADN y podrá iniciarse con “do” en un estado espiritual ascendido… El ADN es un registro de la evolución espiritual de un ser… este registro se guarda en el inconsciente, que es la memoria del espíritu, y pasa cuando un ser muere y renace en un nuevo ser. Siempre en ascensión… ¿Consideras que el ser humano en una sola vida pueda trascender de una vibración de “do” a una vibración de “si”?... La respuesta es un contundente no, es imposible, se requieren muchas vidas… en diferentes cuerpos… viviendo diferentes experiencias… Dios Padre nos otorga todas las oportunidades que nuestro ser espiritual necesita para trascender, siempre en ascensión… Nunca en retroceso… el espíritu del ser humano se puede estancar pero nunca retroceder… Lo que se trabaja y se gana espiritualmente, ganado está y forma parte de la propia abundancia espiritual.


Cada vez que un ser evoluciona incrementa su frecuencia vibracional, y debe ser cada vez más responsable y respetuoso con las leyes de la creación, de lo contrario más desarmónico se vuelve y la ley se aplica con más severidad…

¿En qué nota musical intuyes que vibra tú ser? Trabaja en tu interior y cuida lo que comes, lo que piensas, lo que sientes y lo que expresas. Intégrate a la gran sinfonía universal.